MI historia de Navegante

Agradezco infinitamente a todos aquellos que me enseñaron la teoría y la práctica de la navegación deportiva, sin ellos no podria haber logrado lo hecho hasta hoy. Tambien  a mi esposa y mi familia que creyeron y soportaron la exagerada obseción y dificil caracter que tengo.
Dado que no soy adinerado,  para que el sueño se transformara en realidad tuve que hacer el camino más dificil para realizarlo. Todo comienza en mi cabeza, siempre me caractericé por la aventura y dejarme volar por las historias marinas. Recuerdo cuando leí Papillón,  me dije "- un día voy a estar en esta isla", cuando llegamos a La Salud sentí que todo era conocido, hace 30 años estuve, y le describia a mis hijos los lugares como si hubiese sido un huesped de aquella prisión. Todo estaba como en mi imaginación. Hacer el curso de timonél, comprar mi pimer velero el Cuatrero un H20 que después vendí para comprar materiales para la construcción del Alma Mía. Esto sucedió despues que Carlos Lavarello me invitara a acompañarlos para traer el Larus Marino de Carlos Culaso desde Canarias a Brasíl. Yo navegué desde Las Palmas en Gran Canaria pasando por La Gomera, Cabo Verde y desembarqué en Fernando de Noronha, después de 30 dias de embarcado. La experiencia fue muy buena y los conocimientos que me transmitió Carlos me impulsaron a decidirme por un barco de acero. Cuando llegué a Rosario vendí el Cuatrero y compré planos y materiales hasta donde me alcanzó el dinero, el proceso estaba en marcha, el futuro incierto, solo sabia lo que podia hacer al día siguiente y que el final llegaria, años más, años menos.